Si piensas que la cirugía plástica es un nuevo campo dentro de la medicina estás muy equivocado. La rinoplastia, por poner un ejemplo, fue desarrollada en la antigua India, año 600 antes de Cristo, por un cirujano llamado Ayurvéda Sushruta; que fue el primer médico que describió una reconstrucción nasal en profundidad.

Sus teorías se describen con gran detalle en su tratado Suśruta Saṃhitā. Sushruta desarrolló técnicas para la reconstrucción de la nariz, los genitales y los lóbulos de las orejas. Sus pacientes eran, fundamentalmente, soldados o personas que habían sido amputadas como castigo religioso, penal o militar. Alguna de esas técnicas, como la de usar un colgajo de piel de la frente para reconstrucciones de la nariz, se siguen empleando hoy en día.

El enciclopedista romano y, posiblemente médico, Aulo Cornelio Celso, nos legó De Medicina, una de las mejores fuentes de conocimiento médico de Alejandría. Un tratado que recoge diferentes técnicas de cirugía plástica como la reconstrucción de los labios, las orejas y la nariz. También contiene métodos para tratar las fracturas y las dislocaciones, la cirugía dental, etc.

Para Celso un cirujano debía «ser capaz de usar tanto la mano izquierda como la derecha; tendrá la vista penetrante y clara, el espíritu calmo, será sensible a la piedad y deseoso de sanar al paciente, pero sin dejarse afectar por sus gritos hasta el punto de apresurarse o de cortar menos de lo necesario. Debe de hacer todo como si los gritos de dolor no le causasen ninguna emoción».

– La silicona no siempre fue popular:

Algunos de los materiales utilizados en el pasado para realizar los implantes mamarios pueden sonar muy extraños hoy en día, pero todas las intervenciones fallidas conducen al desarrollo de un campo. Por ejemplo, en 1899 se introdujo el uso de inyecciones de parafina con resultados desastrosos como fístulas, granulomas e incluso necrosis de los tejidos. Otros materiales y sustancias que se solían emplear para los implantes mamarios eran el marfil, el caucho molido, el cartílago de buey, la vaselina, la resina  etc.

– El Botox se utilizó (y se sigue utilizando) con fines terapéuticos

Al principio, la toxina botulínica no se utilizaba con fines cosméticos; en realidad, era uno de los tratamientos más eficaces para el «parpadeo incontrolable» (blefaroespasmo) y el estrabismo. A parir de ahí, la toxina botulínica empezó a emplearse para tratar el exceso de sudoración, los espasmos musculares, la distonía cervical y la migraña crónica. No se utilizó con fines cosméticos hasta que dos oftalmólogos publicaran un estudio tras notar que las líneas del entrecejo de sus pacientes mejoraban gracias a la toxina.

En la Clínica del Dr. Terrén te asesoramos sobre todo tipo de tratamientos relacionados con la cirugía plástica, estética y reparadora.